Según la mitología eslava, Drioma (en ruso Дрёма) es un espíritu de la tarde y la noche. Afecta la apariencia de una anciana amable, de manos suaves, o de un hombrecito de voz suave y adormecida. Drioma camina el atardecer debajo de las ventanas, y cuando cae la noche, entra a la casa por grietas y fisuras. Viene a ver a los niños dormidos con los ojos cerrados, arregla la colcha y les acaricia el pelo. Este espíritu es menos gentil con los adultos, en quienes inspira pesadillas.